¿NUESTRO CEREBRO ES TAN IMPORTANTE QUE IMPLICA QUE NO SEAMOS LIBRES?

Tanto cerebro como libertad son dos palabras muy complejas. Una persona es lo que es, es como es, gracias a su cerebro. El cerebro nos define como personas, también se le debe una parte importante a este sobre cómo nos comportamos y actuamos y, por supuesto, nuestra personalidad. Analizado esto, nuestras acciones, por lo tanto, tienen que ver con nuestro cerebro. Es nuestro cerebro quien dirige las acciones que hacemos y cómo nos sentimos. Dicho de otra manera, estamos determinados por nuestro cerebro. El que yo escriba este artículo es debido a que mi cerebro quiere que así sea. El que el día de mañana decida estudiar criminología, es porque el cerebro quiere que así sea, el que sea más impulsiva, es porque el cerebro quiere que así sea. Todo el conjunto de nuestros comportamientos diarios, en cada ser humano, es fruto del cerebro y su implicación en nosotros. La cuestión es si esto nos impide ser libres y comportarnos como queramos. Para esta pregunta, tengo dos respuestas a analizar. Mi respuesta en sí depende. No es lo mismo si aplicamos la pregunta a una persona con una enfermedad mental que a alguien sin una enfermedad mental. Pero como es una pregunta general, responderé que no. Nuestro cerebro es imprescindible, pero no implica el no ser libres. La libertad, por definirlo de la manera más sencilla y concreta posible, es la capacidad que tiene el ser humano de realizar lo que le convenga sin tener imposiciones al respecto. O el estado en el que se encuentra alguien donde puede hacer lo que quiera sin que se vea interrumpido por nada ni nadie o que se vea impuesto a hacer algo por nada ni nadie. En este estado, aunque puedas hacer lo que tú quieras, sigues haciendo cosas, no haces nada. Ya sea leer, escribir, bailar… Estas cosas que una persona haría en un estado donde fuera totalmente libre, serían aún así acciones dadas por nuestro cerebro. Las acciones que haríamos siendo libres seguirán siendo fruto del complejo mecanismo cerebral. Por lo tanto, llegada a esta conclusión, no existe ningún estado en el que el cerebro no actúe, excepto la muerte (curiosamente, la muerte misma de una persona es considerada cuando el cerebro deja de funcionar). Esto, lo puedo relacionar de la siguiente manera con la cuestión dada. En mi opinión, no se puede hablar de una no libertad provocada por el cerebro porque este mismo cerebro es el que nos permitiría movernos y hacer cosas en ese mismo estado de libertad. *Por otra parte, y como ya he hablado antes, otro caso es si lo aplicamos a una persona con una enfermedad mental. En este caso, sí opino que el cerebro de esa persona sea tan importante como para implicar que no sea libre. Simplemente hay que pensar en lo siguiente. Por ejemplo, una persona con un Trastorno Límite de la Personalidad, tiene esta enfermedad mental debido a conexiones en su cerebro que no van correctamente (las neuronas funcionan demasiado rápido).  Ya vemos que el cerebro está implicado. Esta persona con TLP,  va a verse muy limitada en su día a día y no va a poder relacionarse con su entorno como lo haría una persona sin este trastorno. Por ejemplo, le va a costar más relacionarse con otras personas, salir al exterior, se va a ver más afectada por cambios emocionales, las situaciones estresantes le van a afectar más… Todas estas situaciones condenan a la persona a una menor libertad. Esta enfermedad, causada directamente por el cerebro, implica que la persona que lo padezca no sea libre en el hecho de que no puede elegir no tener la enfermedad mental, sino que la va a padecer durante el resto de su vida. Aplicado a las demás enfermedades mentales (sobre todo a las más severas), causadas por fallos en el cerebro, demuestran que en la vida, esas personas no son libres, ya que están condicionadas por su enfermedad y no tienen la libertad suficiente para tomar determinadas decisiones y llevar una vida normal. Afortunadamente, hoy en día disponemos de medicamentos que hacen  posible que una persona con una enfermedad mental pueda llevar una vida normal en la medida de lo posible. En resumen, la cuestión depende de la persona a la que lo apliquemos. Para una persona sin ningún tipo de enfermedad mental, el cerebro no es tan importante que implica que no seamos libres. De otro modo, para una persona con una enfermedad mental, el cerebro sí es tan importante que les implica que no sean libres.


*Para que no haya malentendidos, quiero aclarar que la mayoría de personas con una enfermedad mental a día de hoy llevan una vida normal. Yo aquí, me estoy refiriendo en general a la pregunta. Para que se entienda, yo respondo como si tuviese que responder haciendo referencia a una persona con su enfermedad mental natural, sin ningún tipo de medicamento aplicado


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